martes, 2 de julio de 2013

El Colibri



Yo soy el colibrí que al sol extiendo
mis alas de esmeralda y de topacio,
yo estoy en este instante construyendo
en el limbo de una hoja mi palacio.

Yo nací acariciado por las brumas
de un cocotero en el penacho de oro,
yo soy el ave que en mis tenues plumas
los cambiantes del iris atesoro.

Yo jamás con mis cantos importuno
del bosque umbroso la vibrante orquesta,
yo soy tan inocente que ninguno
me causa daños cuando estoy de fiesta.

Porque me encuentro de ilusiones rico.
Me miran todos revolar travieso;
yo vivo de esperanzas, y en el pico
la miel conservo que libero de un beso.

Soy amigo de todas las violetas
que a la sombra se ocultan pudorosas,
yo soy la inspiración de los poetas
y el amor imposible de las rosas.

En los instantes en que siento frío
me voy al nido que dejó desierto,
y cuando tengo sed, bebo el rocío
del cáliz perfumado y entreabierto.

Hoy que me está aguardando mi adorada
en un reclamo, manantial de arrullos,
no volverá a encontrarme la alborada
soñoliento y huraño en los capullos.